sábado, 6 de junio de 2015

Estanque de tormentas


En la ingeniería de depuración de aguas servidas existe un elemento hidráulico llamado estanque de tormentas. Enormes depósitos del tamaño de un estadio de futbol construidos debajo de ciudades con altas precipitaciones como Tokio, Madrid, en las que las aguas de lluvia son almacenadas para su posterior tratamiento antes de regresarlos a los ríos. Los estanques filtran la suciedad que arrastran las primeras horas de lluvia. Polvos, plásticos y demás restos sólidos que de otra manera terminarían contaminando los ríos y mares, son retenidos en el fondo de los estanques y dispuestos luego en rellenos especiales e inocuos. Pero también sirven para regular el caudal de tratamiento. Pasada la tormenta, el enorme volumen de aguas sucias es tomado de a pocos, en los litros por segundo para las cuales las plantas de tratamiento fueron diseñadas, y son depuradas con precisión y tranquilidad. Lo descubro asombrado en el curso de depuración de aguas que estoy llevando. Para alguien que vive en una ciudad ubicada en medio del desierto, para los habitantes de una ciudad en la que nunca llueve, saber de este tipo de estructuras es como ver las nuevas fotos marcianas del Curiosity. Pero ojalá también nosotros tuviéramos un estanque de tormentas. Nosotros individuo, nosotros sociedad. Un depósito subterráneo donde retener las basuras, donde regular nuestra capacidad de depuración.