martes, 26 de julio de 2011

We only said goodbye with words

Gracias le doy a la virgen

gracias le doy al señor

porque entre tanto y tanto rigor

y habiendo perdido tanto

no perdí mi amor al canto

ni mi voz como cantor

(La vuelta de Martín Fierro de José Hernández)


Belgrado, Servia, 18 de junio de 2011. Amy Winehouse se bambolea en el escenario como una niña que aprende a caminar. No es Amy tratando de hacer un baile sexi, no, es Amy tratando de mantener el equilibrio, para seguir de pie sobre las tablas, para seguir erguida, para seguir cantando. Suenan los primeros acordes de October Song, pero la banda se detiene porque Amy no puede cantar. El público abuchea. El corista se le acerca y trata de calmarla. Amy lo mira como pidiendo disculpas y le dice algo al oído. El público serbio sigue abucheando. Protesta, silba, rechifla. Suena entonces la entrada de Back to Black y los serbios gritan de emoción. Cantan en coro. Amy trata de subirse al ritmo. Se abraza a si misma como si un frío atroz le quemara la espalda; pega la mirada en sabe dios qué punto del teatro, ensaya unas palabras y canta. Sí, borracha, pero canta. Canta como los desesperados pidiendo auxilio; como los locos caminando desnudos en invierno; como los desahuciados puteando a la muerte. «We only said goodbye with words/I died hundred times», canta. Y llora. Llora porque en un escenario, para los verdaderos cantores, los genios; los que componen, tocan, cantan y trascienden; cantar y llorar es la misma cosa. «We only said goodbye with words/I died hundred times/you go back to her and I go back to black», cantan ahora todos los serbios.

Londres, Inglaterra, viernes 22 de Julio del 2011. Por la noche, Amy ve a su médico para sus chequeos por aquello de tu tratamiento contra el alcoholismo y la droga adicción. El doctor no ve nada anormal y la manda a descansar. Amy va a casa y toca la batería en su habitación; lo suficientemente bien y ruidoso que los vecinos se quejan. Por la mañana siguiente le dice a uno de sus guardias de seguridad que se va a dormir y se despide.

Sábado 23. El cuerpo de Amy ha sido encontrado seis horas después de su muerte por uno de sus guardias. Una fuente policial dijo que no había señal de drogas en su casa de Camden, tal como se suponía en un principio y la primera autopsia realizada a su cuerpo no arroja las razones de su muerte. Quizá sólo nosotros, sus adeptos, los súbditos de su talento y su voz, sabemos que Amy se ha ido al Olimpo; al lado de Hendrix, Morrison, Joplin, Cobain; para hacer lo que sabe hacer como nadie: cantar, cantar y cantar. Sólo nosotros sabemos, Amy, lo que quisiste decir cuando escribiste, cuando cantaste: «We only said goobye with words/I died hundred times».