martes, 28 de abril de 2015

Adolescente sin edad

Los amigos son esa parte de la raza humana con la que uno puede ser humano

Jorge Santayana


No había duda, aquel tipo era Marcelo Moura. Entre los tantos asistentes al concierto de “Dios salve a la Reina”, entre los muchos colaboradores por la campaña de lucha contra el sida y los 25 años de Fundación Huésped, en medio de la amplitud del Teatro Ópera, el cantante de Virus descansaba del show y departía la noche con sus colegas músicos. Mario dudó en acercar e importunarlo, pero lo hizo. Hola, Marcelo, le dijo como si conocieran, como si fueran viejos amigos. Vengo desde Lima, Perú, ¿me permites una foto? Marcelo accedió y tras la toma Mario le estrechó la mano y le dijo que ya tenía comprada su entrada para el concierto de Virus de la siguiente semana y le pidió si era posible que después del concierto lo buscara en los camerinos para que le firmara un par de discos y el ejemplar del libro autobiográfico, “Virus”, que Planeta acababa de lanzar. Y, es difícil, le dijo Moura, tendrías que hablar con el manager, con la seguridad, esas cosas. Sí, entiendo, respondió Mario y ahí terminó el encuentro.
Pero a la semana siguiente Mario estaba a la entrada del backstage. Después del concierto, con los discos de la banda y el libro esperaba a que Moura asome, deje los camerinos y salga del local porque en algún momento tenía que salir. Pero ya era cerca de una hora que estaba ahí y Moura no salía. Se acercó a la entrada creyendo que, a lo mejor, ya nadie estaba cerca y nadie podía impedirle acceder a los camerinos y entonces caminó unos pasos hasta que el guardia de seguridad apareció de entre las sombras y le impidió el paso. Que a dónde iba, que no podía estar ahí. Quiero hablar con Marcelo, quisiera que me firme unos discos y un libro. Que no, que no se podía, que tenía que retirarse. Vengo desde Lima, Perú, dijo Mario, ¿no podrías preguntarle si podría firmarme mis discos y mi libro? El guardia pareció compadecerse del fanatismo y entonces ofreció llevar los discos y el libro a ver si Marcelo accedía a firmarlos. Mario esperó, esperó, esperó hasta que varios minutos después apareció el mismísimo Marcelo Moura con los discos y los libros en la mano. ¡El peruano de la semana pasada!, dijo al reconocer a Mario y sonrió. Entonces me firmó mis discos, me dice Mario presumiendo de su osadía y mostrándome en el iPhone la foto de ellos juntos. Oye, tú estás recontra loco, Marius, le digo sorprendido con la historia. Eres un “Adolescente sin edad”. Y este es el libro que firmó para ti, me dice luego con una sonrisa de oreja a oreja, chino de risa. “Ulises: con todo mi cariño, Marcelo Moura”, reza escrito en la primera página, con el puño y letra del líder de una de las bandas que más me fascinan. Y yo saltó hasta el techo. Y yo soy otro adolescente sin edad.