Reviso mi correo electrónico en una
habitación del Hotel Ibis en Bahía, Brasil. «Ulises, el otro día, paseando con
mi esposo por X, vimos la versión pirata de ´Ojos de pez abisal´», me dice desde
Lima mi amiga Anni. La noticia me coge con una lata de cerveza en la mano,
rodeado de mis amigos de la UNI.
¿Eh?, digo para mí creyendo que he leído mal y el alcohol ya me está alterando
los sentidos. Pero no, lo que leí es lo que leí. «Mi esposo dice que si tu
libro ya está en versión pirata es porque mucha gente lo está leyendo»,
continua Anni y me da los detalles del descubrimiento. Les cuento la novedad a
mis amigos y saltan a chocar sus latas de cerveza con la mía. Deberías estar
contento, dicen ellos, pero no, no lo estoy.
Empecé a escribir «Ojos de pez abisal» en
mayo del 2008. Tenía la idea general de la historia a contar, el cómo, el
dónde, pero no tenía idea de cómo serían los detalles narrativos ni los
personajes secundarios. Armé una esquela, programé la cronología en Excel (debe
ser la primera vez que una hoja de cálculo sirvió para tal cosa) y me lancé a
la aventura. El primer capítulo lo escribí pensando en el reencuentro con mi
gran amigo Mario León en la Estación Central
de Kioto y el recuerdo de los miles de viajes que hice entre Lima y Huancayo en
la época que él y yo estudiamos la Academia en Huancayo y luego en la
UNI. La imaginación hizo el resto. Tardé
cuatro semanas en tener el primer borrador de aquel capítulo. Se lo narré a la
mujer de cuyo nombre ya no me quiero acordar, en Barranco, comiendo unas
hamburguesas dentro del Elefante Verde, mientras oíamos a Supertramp, y me dijo
que el nombre del personaje estaba monse, que debía ser más anónimo, que el anonimato
despertaba curiosidad. Otra semana más lucubrando nombres, hasta que di con el
«Zancudo» y otra semana más haciendo los cambios, correcciones para aplacar las
fundadas críticas de «Los Disfuncionales» (así se llama la gente de mi taller
de narrativa), hasta que por fin quedó medianamente aceptable. El mismo proceso
para el resto de los 11 capítulos. Ocho meses más para reescribir, corregir,
revisar el manuscrito. Seis meses más para mendigar editoriales y ajustar presupuestos.
Tres años y medio para por fin tener la novela impresa y presentarla. Tres años
con noches, madrugadas, fines de semana enclaustrados en casa. Tres años con
horas y horas frente al computador. Tres años en un ejercicio silencioso e
interminable de escribir-corregir, escribir-corregir; placentero, pero
agotador. Tres años pensando, sudando, sangrando.
De regreso en Lima, voy a X a hurgar
libros (no menciono el nombre por obvias razones). En efecto, la versión pirata
de «Ojos de pez abisal» está ahí, en el escaparate de una mujer menuda de corte
a lo Cristobal Colón. Le pido que me lo muestre. Le doy una hojeada. La portada
parece tener un velo lechoso por la foto copiada. El libro ha sido reescrito
para reducirle el tamaño de letra, el número de páginas y así ahorrar papel. De
arranque detecto errores. En los créditos, el nombre de mi amigo “Nino” aparece
como «Niño»; en el índice, «labios de chaca» en lugar de “labios de ciraca”. Le doy una vista al interior y veo que algunas
de las palabras en quechua parecen escritas en chino. Siento la misma decepción
de cuando leo un libro pirata a falta de un original (páginas que faltan,
párrafos ilegibles, papel barato). Sonrío, como cuando uno ve en la tele a «el
firme y al bamba». Decido comprarlo para el recuerdo y, mientras pago, no sé si
reír o si llorar con la ironía: aún no termino de recuperar el dinero que
invertí en la publicación y, sin embargo, alguien se gana unos soles con el
sudor de mi alma; y no soy yo.
(Foto: Internet) .
Mención aparte:
Están todos invitados a la presentación de
"Ojos de pez abisal" en la 4ta Feria del Libro de Huancayo. Más que
una presentación, será un conversatorio acerca de la novela y sus detalles. Y
por supuesto, ahí encontrarán la versión “firme” de la misma.
Lugar : Plaza Huamanmarca (Auditorio
Manuel Baquerizo).
Día : Sábado 30 de junio de 2012
Hora : 6:00 pm.
Amigo disculpa pero estoy utilizando tu blog para enseñarle a mis alumnos la forma en que se inserta los comentarios. ¡gracias! ahh de paso acaban de anotar la dirección de tu blog para leer tus narraciones.
ResponderEliminarHola, hace algunos meses apareció una entrevista en la Revista "Domingo" de "La República", bajo un título que a mi me parecer contrastaba con la realidad: "El Ingeniero de las Palabras". Despertó tal título mi curiosidad y releí la nota varias veces, tal vez por la fantasía que a mi me parecía ello podría entrañar. A la par de la curiosidad se activó mi melancolía al empezar a leer, así como la esperanza de que la vida a pesar de las dificultades, retos permanentes, ilusiones perdidas y demás puede a la vez ser siempre un punto de partida para un nuevo sueño. Me recomendaron tu blog, y casi después de tres meses ingresé hoy a leer tus publicaciones, todas muy interesantes. Felicitaciones, por cada historia por toda la inspiración, ironía, sutileza e intensidad que despliegas en ellas.
ResponderEliminarGracias, Anónimo; si de lago sirve la literatura es para hacernos vivir otras vidas y creer que el mundo se puede corregir.
EliminarThe Cure en Huancayo, excelente! "Ingeniero de las palabras".
ResponderEliminarHola Ulises. Me gusta la narrativa. No pensé que fuese tan difícil y largo publicar un libro. Creo que mi idea de ser "El Ingeniero de las palabras II" esta siendo olvidada.
ResponderEliminarPD: Me agrada tu estilo.
Saludos,